sábado, 24 de abril de 2021

¿Para quién soy yo?



Hoy la Iglesia celebra la 58 Jornada de Oración por las Vocaciones y Vocaciones Nativas.
Os dejamos el testimonio vocacional de tres hermanas que pertenecen a la Provincia "Inmaculada Concepción" (Italia - España - Rumanía).
Pedimos por nuestros jóvenes, para que pierdan el miedo a ser llamados por Dios, y siguiendo el ejemplo de María respondan con confianza y generosidad
¡Dios cuenta contigo, con toda tu vida, desde todo lo bueno que ha puesto en ti!



domingo, 3 de mayo de 2020

¡Jesús vive y te quiere vivo!

JORNADA MUNDIAL DE
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
Y JORNADA DE VOCACIONES NATIVAS 2020

Toda vocación nace de la mirada amorosa con la que el Señor vino a nuestro encuentro, quizá justo cuando nuestra barca estaba siendo sacudida en medio de la tempestad. «La vocación, más que una elección nuestra, es respuesta a un llamado gratuito del Señor» (Carta a los sacerdotes, 4 agosto 2019); por eso, llegaremos a descubrirla y a abrazarla cuando nuestro corazón se abra a la gratitud y sepa acoger el paso de Dios en nuestra vida. (Papa Francisco)




ORACIÓN
Cristo, tú que eres eternamente joven
y haces nuevo todo lo que tocas,
lléname de tu vida.
Ayúdame a reconocer para qué estoy hecho,
qué sentido tiene mi paso por esta tierra,
cuál es tu proyecto para mí.
Condúceme al encuentro con los demás,
a la misión sin fronteras ni límites,
y hazme caminar contigo
hacia un horizonte siempre nuevo.
Enséñame a mostrar la belleza
de la generosidad y del servicio,
de la fidelidad a la propia vocación
y del amor a los pobres,
para que todos sientan
el calor de tu misericordia.
Tú, el Amigo, el eterno viviente,
que viniste para darme vida,
y vida en abundancia,
hazme VIVIR.
Amén.


jueves, 9 de abril de 2020

Amando hasta el fin. Reflexión para el Jueves Santo


Hay algunos gestos humanos que nos conmueven profundamente. El evangelio de hoy con el que comenzamos el Triduo Pascual nos narra uno de estos. Jesús se levanta de la mesa y, con la simpleza y la profundidad de los gestos que son proféticos, lava los pies de sus discípulos. Dice el evangelista que Jesús en esta cena los “amó a los suyos hasta el fin”. ¿Qué nos quiere decir esta expresión? Algunos comentadores del texto dicen que hace referencia a un amor hasta el final de su vida, hasta su muerte. Que Jesús los amó de un modo que sobrepasaba todo amor imaginable. Un gesto de amor sin medida, que involucra toda su existencia.

En el gesto profético de Jesús, encontramos un nuevo modo amar. Un amor que no es pasividad ni espera, sino que es acción, iniciativa, “primero” diría Papa Francisco. Un amor que se abaja tomando el último lugar para servir a todos. Es un gesto profético porque nos sigue hablando por sí mismo a pesar de los siglos y las culturas que nos separan.

Al mismo tiempo este modo de amar es apasionado, no se puede contener, y desborda contagiando a aquel que se deja interpelar. Nos presenta un amor que “quema” todo lo que toca, transformando por completo la vida del que se deja amar.

Este modo de amar nos puede hacer recordar el modo de amar de los más jóvenes. Un amor que es apasionado e invita a soñar un mundo nuevo. Un amor que es alegría y que contagia. Algunos pueden pensar que ese amor juvenil es idílico o utópico. Sin embargo, es un amor que se hace acción, entrega, unción que se derrama generosamente, e impregna todo con este perfume.

En este Jueves Santo, recemos por los jóvenes del mundo. Por aquellos que no se les ha permitido soñar, que han perdido la pasión por construir un mundo mejor. Por los que no encuentran sentido a su vida, por los que están tristes, por los que son descartados del mundo. A todos ellos hoy Jesús se les acerca, se abaja y lavando sus pies, quiere animarlos a amar si medida, con gestos proféticos que buscan construir un mundo más justo.

 (Padre Facundo Fernández)

lunes, 9 de septiembre de 2019

La mia esperienza lungo il Cammino di Santiago



 Dal 20 al 28 luglio, come giovani suore in formazione, abbiamo percorso il Cammino di Santiago, lungo il tratto portoghese, con un gruppo di giovani e con i Frati Minori Conventuali di Spagna e Portogallo.
Siamo partiti da Tui, al confine con il Portogallo e abbiamo camminato per sei giorni, circa 20 km al giorno, trovando ospitalità nei vari paesi lungo il cammino e pernottando nelle palestre. Ogni giorno partivamo al mattino presto e, dopo un paio d’ore di cammino, ci riunivamo per un momento di catechesi; poi ripartivamo in silenzio e, una volta arrivati, avevamo tempo per pranzare, lavarci e riposare. Nel tardo pomeriggio ci riunivamo per celebrare l’Eucaristia e vivere un altro momento di catechesi e di preghiera; infine dopo cena avevamo un po’ di tempo libero e concludevamo la serata con un ultimo momento di preghiera insieme.
                   Potevamo camminare insieme, ma anche da soli… questo mi ha dato la possibilità di fare molto silenzio e di ascoltare molto: ascoltare l’altro, ma anche me stessa, trovando il mio passo, percependo il mio corpo, il mio respiro, la stanchezza dei muscoli, l’andamento dei pensieri. Si crea un silenzio ritmato dai passi, accompagnato dalla natura: uno spazio in cui anche Dio e l’altro possono entrare.






Ma la fatica fisica o il dolore ai piedi mi hanno fatto anche rendere conto di quanto gli altri siano importanti: qualcuno che ti aspetta e cammina al tuo passo, qualcuno che semplicemente ti chiede “Come va?”, chi ti presta una pomata, chi una fascia per alleviare il dolore... Una signora, incontrata lungo il cammino, voleva regalarmi i suoi sandali, perché aveva visto che i miei erano consumati… Non si è mai soli!
Le persone che si incontrano sono molte: gruppi di giovani, allegri e veloci, o adulti e anziani soli che hanno deciso di mettersi in cammino, ciascuno con una propria motivazione. “Buen Camino! Ultreya!” Con questo saluto ci sentivamo tutti, davvero, sulla stessa strada, uniti dalla stessa fatica e dalla stessa meta.
                     Lo zaino che pesava sulle spalle (e che negli ultimi giorni ho lasciato portare in pulmino per una caviglia gonfia!!) mi ha insegnato ad essere essenziale: tante cose che ci portiamo dietro e che crediamo necessarie forse non servono. Anzi, meglio liberarsene! E questo vale anche per il cuore… a volte ci portiamo dietro pensieri, preoccupazioni, aspettative che dentro ci occupano spazio e ci appesantiscono il cammino. Lo zaino insegna a distinguere ciò che è davvero necessario e ciò di cui possiamo fare a meno.
E poi c’erano le frecce gialle ad indicarci sempre la strada: è impossibile perdersi! Basta alzare la testa e guardarsi attorno, avere un atteggiamento attento alla realtà che ci circonda, fidandosi dei segni.
                    E infine l’arrivo a Santiago! Anche se la Cattedrale era in ristrutturazione abbiamo potuto abbracciare la statua di San Giacomo e pregare davanti alla sua tomba. A lui, il primo degli apostoli che ha dato la vita per il Signore, abbiamo potuto affidare il cammino percorso e quello futuro, a lui abbiamo potuto chiedere di insegnarci ad annunciare con schiettezza e semplicità il Vangelo, di giocarci la vita, di essere discepoli autentici nella consapevolezza della nostra umanità povera e fragile.
                   
                    E per finire Finisterre… che non è la fine del cammino! Ma proprio da lì il nostro cammino riparte, il pellegrinaggio continua, verso la meta alta e bellissima della santità, attraverso le strade feriali della nostra vita, con uno zaino più leggero, la certezza di non essere soli e lo sguardo attento ai segni… 

Suor Daniela 
Clarissa Francescana Missionaria del SS. Sacramento

¡Ultreya!  ¡Suseya!

domingo, 12 de mayo de 2019

TÚ TAMBIÉN DI "SÍ AL SUEÑO DE DIOS"

Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2019


Para decir Sí hay que escuchar la llamada, por eso, el papa Francisco, en su mensaje para esta Jornada, se dirige a los jóvenes para “deciros: no seáis sordos a la llamada del Señor. Si él os llama por este camino no recojáis los remos en la barca y confiad en él. No os dejéis contagiar por el miedo, que nos paraliza ante las altas cumbres que el Señor nos propone. Recordad siempre que, a los que dejan las redes y la barca para seguir al Señor, él les promete la alegría de una vida nueva, que llena el corazón y anima el camino”.

Clarisas Franciscanas Misioneras del Santísimo Sacramento

info: www.clarissefrancescane.org  www.clarisasfranciscanas.org